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Relato escrito por Gwyllt. Hilo original aquí.



Había sido un día de mierda, por la mañana al salir cazar pisé mal y caí al suelo, armando un gran estruendo y espantando al venado que llevaba rastreando horas, al volver al pequeño campamento que había montado descubrí que alguna alimaña me había robado la comida y de vuelta al pueblo me tope con una patrulla renegada.

Al llegar al pueblo pregunte por el huargen, bueno, no exactamente con esas palabras, si en el pueblo llegan a enterarse de que ese idiota es un huargen lo linchan. Había estado desaparecido todo el día,"que raro" pensé, como siempre estaría marginado en la cabaña que le dejamos, en cuanto hube dejado todo el equipamiento de caza en mi casa y después de cambiarme de ropa a algo mas cómodo me dirigí a su casa.

Al abrir la pequeña puerta de la cabaña y entrar me sorprendió la oscuridad que había dentro, ya casi había llegado la noche pero aun había bastante luz, este idiota había cerrado todas las ventanas a cal y canto, la única luz que había en la habitación era una vela en la mesa central. No se si los huargen tienen algún ojo especial incluso en forma humana pero parecía desenvolverse bien en esa penumbra. Al escucharme entrar se me quedo mirando unos segundos y prosiguió con su tarea, como si no le importara mi presencia, idiota. Por lo poco que pude ver en esa oscuridad deduje que estaba guardando cosas en una bolsa, todas sus cosas. Quise pensar que solo planeaba salir de caza varios días pero en el fondo sabia que iba a hacer. Me adentré en la pequeña estancia cerrando la puerta detrás de mi, aguarde en silencio mientras pensaba que decirle, la cabaña no estaba tan mal, era pequeña si, pero tenia cama, un pequeño armario para guardar las pocas cosas que tenia y una pequeña biblioteca(la cual no había tocado nunca)y una mesa central. Al final decidí hacer como si no pasase nada.

-Estuve buscándote esta mañana pero no te encontré, si hubieras venido conmigo a cazar quizás el venado no se habría escapado...

No respondió, siguió guardando cosas en la bolsa

-No se porque me sorprendo, seguramente estabas durmiendo, como siempre.-Seguía sin responder, fruncí el ceño t se me ocurrió una forma de hacerle hablar.

-Vaya, el perrito esta silencioso hoy.

Me miró y emitió un gruñido, la verdad es que en su forma humana sonaba bastante ridículo, contuve una risa, me encantaba hacerle enfadar y llamarle perrito le enfurecía.

-Si me vuelves a llamar perrito te arranco la cabeza.-Respondió de forma brusca, sonreí para mi, había conseguido mi objetivo.

-Oh, vamos, ya deberías estar acostumbrado-Mire disimuladamente a su bolsa-¿Que haces?

-Preparar mi bolsa, me voy.

-Vaya, si que te vas bastantes días como para pre...

-No volveré, me voy, ya no pinto nada aquí.

Quería no pensar en que este día llegaría pero finalmente llegó"como que no pintas nada aquí, idiota" pensé, chasquee la lengua y me apoye en la mesa.

-Así que... Vuelves a Gilneas ¿No tienes planeado quedarte mas tiempo?

-No, ya no tengo motivos para quedarme.

-¿Como que no? Puedes...

-Mi deuda ya esta pagada, me salvaste la vida y yo te he salvado el pellejo varias veces, este pueblo cuidó de mi y a cambio me he quedado estos meses ayudando en lo que podía, mi deuda esta saldada, puedo irme.

-Pero... Podrías quedarte aquí, ya te has ganado un lugar en el pueblo...

-No, tarde o temprano acabarían descubriendo que soy un huargen y ambos sabemos que pasará, debo volver a Gilneas, allí esta mi lugar.

-¿Con quien? ¿Con esas... Bestias salvajes?-No debería haber dicho eso, pero me salio solo.

Al momento de escucharme decir eso saltó hacia mi agarrándome por el pecho, levantándome en el aire.

-Vigila tus palabras... Podrían ser las ultimas.

-Vale... Lo siento... Lo siento...

Se me quedó mirando unos segundos, sus ojos brillaban de una forma sobrenatural y le había empezado a crecer pelo, al final me soltó y soltó un bufido, siguió preparándolo todo. Tenia que ganar tiempo, no quería que se fuera.

-To...Todavía pueden necesitarte en el pueblo...

-Tonterías, hace semanas que terminamos con los problemas con los bandidos y los renegados ya no rondan el lugar.

-Pero... ¿No has pensado que puede haber alguien que te extrañe... Si te vas?

-No creo, no tardarían mucho en olvidarse de mi.

-No me refería a ellos imbécil...-Musité por la bajo.

¿Has dicho algo?

-No,nada.

Pasaron cinco minutos de incomodo silencio antes de que estuviera preparado para marchar.

-Bueno, me voy, os deseo suerte a todos.

No respondí, no sabia que decirle para que no se marchara. Empezó a alejarse por un camino que había detrás de la cabaña para que nadie en el pueblo se enterase de su partida. Al final salté.

-¡Espera! ¡Gwyllt!- Se dio la vuelta y se me quedó mirando.

-¿Si?

-Déjame que coja dos caballos y te acompaño- Si no podría evitar que se fuera, al menos ganaría un poco mas de tiempo junto a él.

-Tenia pensado ir en mi forma huargen, es mas rápido.

-Créeme, en caballo es mas rápido y me necesitaras cerca si te encuentras con renegados.

-Si me acompañas y te ven no garantizo tu seguridad.

Sé cuidarme de sobra.

-Bien... Aquí te espero.

Asentí y me di la vuelta, la dirección a los establos, como dije, un día de -*!@#$.

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