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Lemmy McKenzie Nottingham
Imagen de Lemmy McKenzie Nottingham
Información del personaje
Servidor Los Errantes
Apodo El Mako Sureño, Mack, Mackie, Aterracuernos
Título Antiguo Corsario de la Armada de Kul Tiras durante la Segunda Guerra
Género Hombre
Raza Humano
Edad Entre 55 y 60
Clase Pícaro / guerrero
Alineamiento Neutral - Legal
Ocupación Marinero
Lugar de nacimiento Boralus, Kul Tiras
Residencia Vega de Tuercespina
Afiliación Neutral
Antigua afiliación La Alianza de Lordaeron, Reino de Kul Tiras, Bucaneros Velasangre, Piratas de los Mares del Sur
Estado Vivo

Trasfondo[]

De ascendencia obrera, este humilde navegante se fraguó entre estibadores, pescadores y filibusteros de suburbio en la Ciudad de Boralus. Su única escapatoria a un mundo tan crudo y ponzoñoso no fue otra que la reputada y respetada Marina, a la cual se alistó. Aunque simplemente se trataba de un marino más, absorbía conocimientos como una esponja. No tardaría en hacerse a la mar, si bien bajo causas poco reputables como contrabando, extorsión y piratería.

Veterano de la Segunda y Tercera Guerra, fue indultado con motivo de ambos conflictos por el Almirantazgo Valiente. Obtener el perdón de Kul Tiras dos veces tras haber izado la negra dice mas de su valía como marinero de lo que sus palabras puedan expresar. O de la gran necesidad que se corrió por aquellos tiempos, según como quiera verse. Algún veterano tirasiano puede vagamente recordar al apodado como "El Mako del Sur" de numerosas escaramuzas a mar abierto contra los temibles destructores de la Horda Vil, luchando con arrojo y coraje bajo velas verdes. Se puede ser o dejar de ser pirata, pero nunca de Kul Tiras, patria querida.

Tras la muerte de Daelin, la relación con su patria vuelve a dar un paso atrás y nuevamente se hace a la mar, esta vez junto a los Bucaneros Velasangre, forjándose una nefasta reputación con el Cártel Bonvapor, en cuyas abundantes flautas y zepelines viajarían mas que bienes y mercancías, sino también rumores y mitos sobre su crueldad y depravación, llegando a ser el objetivo de múltiples sicarios, cazarrecompensas y mercenaros de diversas facciones.

No se sabe hasta que punto estas historias eran ciertas o reales, parecen mas bien mitos y leyendas adaptados con algún propósito. Cuenta, la mas salvaje de estas narrativas, que abatió a un tiburón a puñetazos, y luego lo usó para aporrear hasta la muerte a un capitán que se negaba a rendir su barco. Propia de humor tabernario, ¿o no? Quien sabe.

No fue su destino el de convertirse en un pirata temido y respetado. Un motín a bordo en la caza de un navío sin'dorei llevaría a desacreditarle como capitán, y el que por un tiempo fue uno de los mas buscados y perseguidos maleantes de los Mares del Sur, tambien en cuestión de - poco - tiempo, desapareció del mapa sin dejar rastro. Se lo tragó el mar. La recompensa por su cabeza fue descendiendo hasta acabar por ser olvidada. Las malas lenguas cuentan que fue presa de un motín urdido por su intendente.

Nada se ha sabido de él desde entonces. Si es que alguien le recuerda, podría decir que se trata de una de las muchas leyendas que el propio mar escupe de vez en cuando, el producto de unos tiempos tormentosos en los cuales los gestos y los símbolos cobraban mucha importancia a la hora de desmoralizar al enemigo o motivar a los aliados.

La piratería es la mayor deshonra posible para cualquier tirasiano de bien. Corren tiempos angostos, que quizá imbuyen a los mas nostálgicos de cierto aura de arrepentimiento, buscando un reflejo de redención en el lago del pasado mas lejano. ¿Hacia donde nos llevarán ahora las mareas? Solo los vientos saben.

Apariencia[]

De estatura media y porte marcial, luce una ennegrecida tez que contrasta con su canosa pelambre. Su cuerpo es el de un feroz luchador venido a menos, cuyos años de juventud parecen haber llegado a un invierno que nunca acabó.

Haciendo honor a su condición de veterano, muestra abundantes cicatrices, quemaduras y secuelas a lo largo y ancho de su peludo cuerpo, que deja entrever sobre todo, a la altura del hombro, el tatuaje de un voraz tiburón de piel prístina.

Le falta no solo su ojo derecho, que ahora es una esfera cristalina, sino también la oreja izquierda, así como un par de dedos del pie y un meñique de la diestra, por no hablar de los dientes, cuya mayoría, de no haber sucumbido al escorbuto, lo habrán hecho ante el gancho de algún fornido camorrista.

Acostumbra a hacer acto de presencia con su sofisticada pipa de alcornoque, a menudo cebada con tabaco aromático, su clásico y humilde tricornio de marinero y una elegante gabardina de grueso tejer.

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Lemmy en sus años mozos, gozando de la buena vida. ¡Cómo le gusta, qué pillín!

Carácter[]

La paciencia es una de sus mejores virtudes. El haber sido capitán de una tripulación pirata le arrastra a ser severo, orgulloso e irreverente en ocasiones, sin embargo, el pasar penurias ha templado su forma de ser desde bien pequeño, que es a lo que está acostumbrado, convirtiéndolo en una persona con mucha capacidad de adaptación, saber navegar de bolina, como dirían en su patria.

Disfruta de los pequeños placeres que le ofrece el mar, una jarra de ron doble, unas caladas a su pipa tabaquera o una taberna con amigos. Cercano a la tropa, pero siempre con disciplina.

No disfruta alejándose demasiado del mar, le teme a las alturas, al frío extremo y a los venados.

Allegados[]

Daryll "El Cortés" Nottingham

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