Wiki Wiki Errantes
Advertisement
Rescate
Información del evento
Fecha 26/08/2014-??/??/2014
Participantes
Promotores
Jervis
Foro

Dicen los escritos que no siempre oscuros fuimos, que no siempre hombres y mujeres que abrazamos la oscuridad y la locura. Hombres y mujeres honorables que servían a la Luz y a su pueblo por encima de todo, pero no eramos honorables ni justos, eramos ciegos...Yo mismo abracé la oscuridad, sin dudarlo, sin pensarlo, pues la Luz me falló a mí y a mi pueblo.

Yo vi como la Luz se mantenía en silencio mientras Lordaeron caía ante los muertos, yo vi como la Luz ignoraba cuando mi Padre gritaba en su muerte, yo vi como la Luz falló a mi pueblo ese día y nunca la perdonaré.
Todo el que la sirva será castigado , todo el que la reclame será azotado y humillado...Y el que se niegue a abandonarla, su castigo será la muerte.

Diario de Sir Thomas Kyras el caído, primeros días.



Despierto en mi tienda, he tenido de nuevo el sueño, de nuevo esa voz constante que me habla, me dice que lo haga, que así seré libre y conoceré el verdadero significado, conoceré el secreto para terminar con el Azote que asola mi pueblo, pues ellos no representan la vida ni la muerte, son impostores, su magia es vil y corrupta, al igual que la Luz...Pero esta magia no lo es, esta magia es pura, él lo dice...

Mi comandante, mi hermano, mi amigo...Me avisó de que todo estaba listo, pero yo notaba el miedo y la incertidumbre en sus ojos, así que puse mis manos en sus hombros y le besé la frente para relajarlo, susurrandole que él así lo quería y que sólo nos quería ayudar a limpiar este mundo de la corrupción. Pareció tranquilizarse ante esto, por lo que me dispuse a ponerme la toga violeta, cubriendo mi cuerpo desnudo y avancé, saliendo de mi tienda escoltado por mis hombres y comandante. Observé como mis caballeros, leales y puros, me miraban con orgullo mientras se arrodillaban a mi paso, para ver como me convertía en un Dios entre las viles creaciones de este mundo.

Llegué al final de mi destino, donde un pozo de brea reposaba enfrente mía y a los lados, mi tío y mi tía, los cuales jamás habían renegado de la Luz corrupta y me habían llamado loco...Ciegos, ciegos que no merecen ver el nuevo mundo...Noté sus miradas clavadas en mí, por lo que cogí la daga de uno de mis hombres y me acerqué primero a mi tío, sonriendole y acercandome a su oído para susurrarle:

-¿Aceptas su Don?

-Loco, estás loco Thomas, vas a condenar a todos tus hombres y a ti el primero, no se debe jugar con ese tipo de cosas, tu padre se revuelve en su tumba ante la senda que has escogido.

Le rajé la garganta, tirando su cuerpo al pozo de brea de una patada y escupiendo en su cadáver.Después, me acerqué a mi querida tía, arrodillándome y susurrándole a su oído:

-¿Aceptas su Don?

-Maldito loc-le rajé la garganta, apartando su cadáver de mi vista y tirándolo al pozo de brea.

Me levante y me metí en el pozo de brea, soltando la daga y quitándome la toga, posicionándome en modo de Cruz para que mis hombres me colocasen la armadura elegida por el Maestro. Tras un rato largo, me colocaron todas las piezas incluidas, después me dieron la espada, la espada que iba a salvar a mi pueblo y con la que iba a comandar mi Cruzada.

La espada era morada, con un filo tan largo y afilado que partiría a un hombre en dos sin apenas hacer fuerza. En su hoja había palabras escritas en una lengua ya olvidada y en el mango la espada tenía el signo de un Fénix, forjado aposta para mí...

Cuando todo acabó, miré a mis hermanos y alcé la espada, recitando las palabras que hoy plasmo aquí con letras:

¡Hermanos y hermanas, hoy empieza nuestra Cruzada, nuestra purificación y el Don que nos entrega nuestro amo y señor! Pero antes, antes debemos limpiarnos nuestra carne, nuestra forma corrupta para servirle fielmente! ¡Yo seré el primero de todos, el primero que ascenderá y os demostrará el Don!

¡Mi vida por el Dios de la Muerte!

Ante tales palabras todos gritaron al unísono las últimas palabras que había recitado. Después, después...comencé a arder junto a los cadáveres de mis tíos en un fuego morado, limpiándome así de mi corrupción.

Diario de Sir Thomas Kyras el caído, primeros días.



Débil me siento, sentado en lo alto de esta fortaleza, observando las tierras desérticas de este lugar, notando la humedad de la lluvia en mi piel, pese que la armadura me tapaba por completo. Mis dos caballeros aguardaban a mis espaldas, protegiéndome, velando por mí o quizás esperando el momento de darme muerte y ocupar mi lugar.

-Dudáis de mí y de mi poder, ¿verdad?

Noté como se revolvían inquietos, temerosos y se arrodillaban ambos a la vez, pese a que no pudiera verlo, notaba el miedo en ellos, la angustia...

-Levantaos hijos míos, pues os perdono esta vez dado que os necesito, pero no volváis a dudar de mi poder o sabréis lo que es el dolor.

Noté como uno de los míos se alzaba victorioso y ofrecía un alma al Dios de la muerte, una victoria más para los nuestros y nuestra pura misión, pues pronto ese hombre me daría lo que es mío. Él se hayaba lejos, en Punta Nijel, combatiendo a esos ignorantes y perros traidores. Notaba la desesperación, notaba como los hombres les fallaba la Luz hoy, pero nosotros seguíamos alzándonos victoriosos combate tras combate, pues la oscuridad nunca nos falla..

-Hoy uno de vuestros hermanos ha reclamado un alma para el Dios de la muerte, hoy estamos más cerca de terminar con esta misión para poder realizar nuestra Cruzada de purificación. ¡Sentíos orgullosos y partid de inmediato hacia Punta Nijel para que sepa de mi gratitud, y de paso le recordáis que quiero a ese paladín vivo.

Mis guardianes se retiraron al instante y durante horas permanecí sentado observando la noche estrellada y la Luz de la luna que se filtraba por las nubes que antes habían cubierto todo de oscuridad. Sentí de repente alguien curioso en mí, que deseaba saber más sobre mi historia...

-¿Quieres saber más, muchacha?, ¿quieres descubrir el verdadero poder para proteger a los tuyos? *Mientras lees este diario notas un pequeño escalofrío en tu espalda*

Diario de Sir Thomas Kyras el caído, actualmente.

Advertisement