Reunión Familiar[]
La muchacha observaba desde la esquina de la habitación a aquellos que consideraba su familia, sus oscuros ojos verdes captaban cada detalle mientras sus delicados dedos jugueteaban nerviosos con un mechón de su cabello, oscuro como ala de cuervo.
Su mirada se posó primero en la figura de su padre que ante un vaso de Whiskey de la reserva del viejo Grunlack, de unos 12 años, conversaba con voz pausada con su hermano y la mujer de este. Llevaba sus largos cabellos oscuros, ligeramente veteados de gris, recogidos en una pulcra coleta, su tez curtida por el sol estaba marcada por pequeñas cicatrices, algunas más recientes que otras. De gesto adusto y serio, desprendía un aire a soldado veterano, que se evidenciaba en un cuerpo musculado y la precisión de sus movimientos.
Ante el… su hermano, de quien había oído hablar desde niña y al que había recuperado hace poco tras pensar que le había perdido para siempre. Un leve escalofrío la recorrió al estudiar su fría figura, su cabello antaño oscuro y brillante como el suyo propio, caía ahora apagado, recogido en una larga coleta como la de su padre. Su piel al contrario que la de su padre, era pálida y fría… Se mordió el labio nerviosa, estudiando la cicatriz que bordeaba el cuello de su hermano, con un grueso costurón que apenas quedaba oculto por el cuello de su abrigo. Tiempo atrás su padre le dijo que tenía el mismo color de ojos que su hermano, de un hermoso verde botella… pero ahora… su hermano poseía unos ojos bañados en una fría luz azulada…
Meneando la cabeza apartó la mirada centrándose en la otra pareja, que conversaba entre risas al otro lado de la estancia.
Un caballero de claros ojos verdes y melena oscura conversaba animadamente con una dama, sus ágiles manos se deslizaban perezosamente sobre las cuerdas de una guitarra arrancando quedas notas como un amante haría con una entregada dama… Sonrió, pues aunque algunas veces su amigo la miraba de manera inquietante, Lionhel siempre tenía tiempo para contarle una historia o cantarle una antigua canción, amén de narrarle sus increíbles historias de Don Juan, lo que la hacían olvidar esa sensación de inquietud. La dama que captaba su atención era una mujer de porte elegante y altanero, de largos cabellos caobas que caían en ordenados bucles por sus hombros mientras hablaba entre maliciosas sonrisas con el juglar. Sus inquietantes ojos de color ámbar la miraron un instante, como sintiendo que la estaba estudiando… Lady Erszebeth Báthory le daba escalofríos desde el primer día que la conociera, semanas antes… cuando se enteró al fin de todo.
Inspirando profundamente volvió la atención hacia el miembro de la familia sobre el que sentía un fuerte instinto protector… su cuñada, su amiga… su hermana… a quien todos conocían como Beretta. Ladeó la cabeza estudiándola, el pasado año había sufrido mucho, y cada uno de sus pesares había dejado una marca en su delgado cuerpo.
En ese momento, la larga melena cobriza tapaba parte de su rostro, dejando a la luz su tersa mejilla ligeramente oscurecida por el sol, su mirada esmeralda centrada en su hermano, unas bellas facciones si no fuera por… al cambiar de postura, el cabello cayó hacia atrás dejando a la vista el parche que tapaba su otro ojo velado tiempo atrás en una pelea. Por su cuello ascendía irreverente una cicatriz, que tal y como había podido apreciar en su día ocupaba el lado izquierdo de su cuello y hombro, silencioso testigo de la quemadura que le provocó el hechizo de un mago de batalla.
Pese a todo, en la determinación de su semblante, y en su aunque estilizado, fibroso cuerpo se reflejaba la fortaleza de esa mujer, que había luchado contra la misma Muerte y arrancado de sus descarnadas manos lo que más quería en este mundo, aún a coste de su alma.
Con cautela acercó las manos a la vela, sintiendo un súbito frío al recordar los hechos acaecidos semanas antes.
Tras su largo viaje y tras conocer la terrible suerte de su hermano, al que todos llamaban El Comerciante, la joven se había propuesto ayudar a su nueva hermana con su negocio, ayudándola en la Taberna del Honrado Comerciante que habían abierto en Bahía del Botín. Meneó la cabeza algo molesta, según le contó Lady Akashla, la encantadora maga que trabajaba con Beretta, ésta llevaba tiempo temiéndose el terrible final de su marido y por tanto dispuso las cosas para que incluso la muerte no fuera obstáculo para seguir juntos.
En aquel entonces, la joven Dhillieth, a quien no había tenido el placer de conocer era la segundo al mando de Beretta, juntas idearon un plan con ayuda de Lady Erzsebeth Báthory para preservar sus almas en caso de que lo peor ocurriera. Lady Erszebeth como buena estudiosa de las artes oscuras, creó una piedra alma diseñada para salvaguardar el alma de un fallecido y la ligó mediante un ritual a la empuñadura de una de las armas de Dhillieth quien desde ese día se convirtió en la sombra del Comerciante y de Beretta.
Tal y como le contaron, cuando se vieron encerrados y con una hoja pendiendo sobre sus cabezas, el Comerciante hizo lo que todos sus allegados suponían, antes de caer bajo la hoja del enemigo se quitó la vida el mismo… pero sin saberlo, con el arma que Dhillieth le dejara, el arma con la piedra alma que salvaguardó su alma de perecer en el vacío.
En un primer momento, enloquecida de dolor, Beretta juró vengarse de aquellos que consideraba impulsores de la suerte de su marido, por eso… persiguió, vigiló y esperó hasta que vio su ocasión, atentando contra el gran Lord Tristan de la Tour, quien a su parecer era el titiritero de lo acaecido. Segura de no poder recuperar a su marido pese a todo, se planto en mitad de una fiesta ante éste y con parsimonia sacó su arma a escasos centímetros disparándole a bocajarro, pero al parecer fue lenta pues tan sólo le hirió levemente errando el tiro al recibir el impacto de una bola de fuego. No supo que pasó a continuación, pues se armó un gran revuelo, tras el que se encontró viajando a lomos de un enorme dragón con una furiosa maga lanzando maldiciones a diestro y siniestro.
Cuando se recuperó, Beretta tuvo que mover todos sus hilos y tras pactar con un viejo brujo Troll, se pasó el siguiente año al servicio de éste, consiguiéndole materiales, sujetos, sacrificios y desviando la atención de sus maquinaciones. Hubo momentos difíciles en que tal y como le contara hacia un par de noches, creyó que iba a volverse loca, tras las terribles abominaciones que tuvo que llevar a cabo… pero otras simplemente pensaba en que si volvía a sentir los brazos de su marido en torno a su cintura cualquier cosa merecía la pena. Hacia sólo unas semanas que sus esfuerzos se vieron recompensados, tras un ritual, del que no le quiso hablar… había vuelto a la posada con compañía. Sí, su hermano, tras el ritual llevado a cabo por el viejo troll, había vuelto de entre los muertos, le habían devuelto el alma … ¿pero a qué precio?
Una queda lágrima resbaló por la mejilla de la muchacha, su hermana… Beretta había entregado su fuerza, su alma… para salvar a su marido, pero… ¿acaso había logrado lo que quería?.
Avhy suspiro limpiándose la lágrima con disimulo, pues sentía en el fondo de su corazón las silenciosas miradas de Beretta a su hermano, la indiferencia y frialdad de este… Estaban juntos… ¿pero puede el amor verdaderamente vencer a la muerte?
La muchacha cerró el pequeño cuaderno, donde cada noche anotaba sus vivencias, recapacitando sobre lo ocurrido, en su caso… no sabía si hubiera sido capaz de hacer lo que hizo Beretta…
Avhy Lombard
Explicación Off-Rol del relato[]
Esta es una breve explicación de la trama que llevamos miembros de mi guild, El comerciante y yo misma, Beretta (Rhane) durante casi un año, para traer de una forma roleada de vuelta de entre los muertos a El Comerciante. Es una explicación para aquellos que nos acusan de metaroleros, de esta manera, explicando que tras casi un año sin usar el personaje, roleando una trama organizada, y con una explicación factible, es totalmente lógico que El Comerciante haya vuelto. Creo que han sido pocos los jugadores que han esperado un año para resucitar a su main, roleando para ello una trama, con la que tengo que decirlo, nos hemos divertido de lo lindo. Asi que por favor, mesurad vuestras palabras y ataques.
En cuanto a los demás, es una forma de explicaros brevemente que pasó, espero que os gustara, sin más, me despido con una sonrisa! =)
Fdo: Beretta
Derechos de Autor[]
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