 Christine Vernolde
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| Información del personaje | |
| Servidor | Los Errantes |
| Apodo | La Dama del Espejo |
| Título | Lady |
| Raza | Humana |
| Edad | 21 |
| Clase | Noble |
| Ocupación | Condesa de Montenor |
| Lugar de nacimiento | Ventormenta |
| Residencia | Castillo de Montenor |
| Afiliación | La Alianza, Casa de Nobles, Casa Montenor, Casa Vernolde |
Trasfondo[]
Hija de Florián Vernolde y Luisa de la Roche, vivió desde pequeña en un acomodado caserón entre el patriciado urbano de Ventormenta. Su padre tenía diversos negocios relacionados con la industria armamentística y su madre sencillamente se dedicaba a expandir la labor social de la familia; participando en actos benéficos o cotillones. A medida que el dinero se acumulaba y la pequeña Christine crecía, las aspiraciones de ennoblecerse lo hacían al mismo. Luisa y Florián vieron en su pequeña hija el trampolín perfecto para conseguirlo, y para ello fomentaron en ella un obsesión por mostrarse hermosa con el fin de atraer a los jóvenes aristócratas del reino.
La campana finalmente sonó para los Vernolde cuando por el Reino de Ventormenta corría el rumor de que una casa exiliada lordanesa buscaba emparentar a su primogénito con una joven adinerada del sur. La jovencita Christine, que por aquel entonces contaba con quince años - ya toda una mujer floreciente - conoció a su marido, Rembrand Montenor en el mismo día de la boda. Los testigos dicen que cuando lo observó por primera vez, en toda su grotesca fealdad, la jovencita se desmayó junto a su madre y la dama de honor.
A pesar del primer impacto de la boda, las relaciones entre Rembrand y Christine son cordiales y en ocasiones se dejan ver juntos sin que exista tensión aparente. Al cumplirse el primer año de matrimonio, Christine dio a luz a Víctor Montenor, el cual nació con unos ojos llamativamente azules y con una curvatura extraña en las orejas.
Desde aquel día, Christine se consagra al cuidado de su hijo y a la administración del Condado Montenor junto al consejero de su enfermo marido, Morevius Velmora, del que también las malas lenguas apuntan como padre biológico de Víctor.
Apariencia[]
Christine es una joven mujer de 21 años de edad. Pulcra y coqueta, a la que le gusta pasar mucho tiempo delante del espejo. Tiene el cabello rubio oscuro con tonos castaños y los ojos de color verde oscuro. La piel es blanca y nada bronceada, ya que apenas se expone a los rayos del sol. Es baja de estatura, pues apenas alcanza el metro cincuenta y seis de estatura. Debido a que es amiga de las dietas para mantener su figura, está bastante delgada, aunque nunca lo suficiente, según sus propios criterios.
Su beldad contrasta con el dantesco aspecto físico de Rembrand Montenor, quien en cambio, parece poco o nada interesado en la hermosura de su esposa.
Fe y Carácter[]
Christine es una persona poco espiritual y muy materialista. Oficialmente es devota de la Luz Sagrada, pero en la práctica le aburren los oficios divinos y la religión en sí misma, de tal modo que difícilmente se la puede considerar practicante. Le horroriza la idea de perder sus riquezas una vez deje el mundo de los vivos y por ello, en ocasiones, se deja llevar por la idea de estudiar alquimia para crearse sus pócimas revitalizantes. No obstante, a la hora de ponerse frente a un libro no suele pasar de la primera página hasta que se aburre y decide regresar a probarse nuevos maquillajes.
En el trato con los siervos del Condado es bastante fría o indiferente. Ve a los vasallos como muebles o meras herramientas para cumplir sus caprichos. No le gusta que le lleven la contraria y es propensa a los berrinches si algo no sale como ella esperaba. Sobreprotege a su hijo Víctor de tal manera que no le suele perder de vista nunca.