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Horda
Tergumel Xarostrah
Imagen de Tergumel Xarostrah
Información del personaje
Servidor Los Errantes
Título El Caminante de los Velos
Género Masculino
Raza Sin'dorei
Edad 355 años
Clase Mago
Alineamiento Neutral
Ocupación Hechicero y Alquimista
Lugar de nacimiento Quel'Thalas
Residencia Torre en Tierras Fantasma
Afiliación Quel'Thalas, Casa Namardan, El Sigilo, la Horda
Estado Vivo

Trasfondo:[]

Ferenith:[]

Tras haber quedado huérfano a temprana edad, Tergumel fue aceptado como sirviente en la Casa Namardan siendo apenas un niño. Debido a su inteligencia y habilidad para lo arcano, el patriarca Althan Namardan lo aceptó como ayudante dentro de su laboratorio mágico personal, pese a que nunca le inscribió en una academia para formarse como magíster. Ya en su madurez, trabó amistad con los jóvenes hijos de Althan: Seldune y Gelandras Namardan, y adquirió conocimientos de forma privilegiada que otros estudiantes de magia no tendrían acceso (si bien su instructor no tenía constancia de las incursiones que hacía el joven en su biblioteca a insospechadas horas de la noche). Durante este transcurso temporal ahondó en los terrenos de la magia arcana y astral; esta última, adquirida por sus continuos viajes y desdoblamientos en forma etérea hacia el Vacío Abisal, donde empezó a comunicarse con entes y espíritus de otros planos de la existencia.

Tras la devastación de Quel'Thalas por el Azote, Tergumel acompañó al resto de su raza a través de Terrallende, regresando de nuevo a Azeroth una vez Lor'themar Theron comenzó la reconstrucción de la capital. En su retorno se alistó en una unidad del ejército de la Horda donde esperaba poder viajar y encontrar nuevas fuentes de suministro mágico. Su estancia en el ejército fue muy breve, contándose su participació en movimientos tanto en Feralas como en Costasur, donde mantuvo un enfrentamiento contra el Archimago Gareus Tuercaplata.

Desencantado con su experiencia militar, Tergumel regresa a Quel'Thalas, donde invierte un año merodeando en solitario antiguas ruinas buscando recoger libros de hechicería, pergaminos, runas, encantamientos, y reliquias de magísteres muertos por la Plaga. En las Tierras Fantasma, dentro de un valle profundo y olvidado encontró una torre en las que los grandes magos thalassianos se instalaban para retirarse al estudio. No obstante, aquel edificio cubierto por las sombras no estaba vacío. Hileras de estanterías repletas de una vasta enciclopedia variada rica en conocimiento mágico le daba la bienvenida. Pero no solamente el antiguo saber de su raza, sino también un ocupante que previamente se había adueñado del lugar.

Tergumel Sorcerer

Tergumel en su atuendo de hechicero.

El morador de la torre se presentó como Nihildaret Filosombrío, un humano con aspecto de anciano cubierto en andrajos de color negro y púrpura, los atuendos típicos que un thuzadín nigromante llevaría. De forma instintiva, Tergumel trató de salir al instante del lugar, mas el humano lo detuvo y lo capturó empleando un objeto mágico siniestro. Como títere del nigromante, Tergumel permaneció meses encerrado y siendo testigo de los viles experimentos de Nihildaret. Fingiéndole lealtad y total obediencia, el humano le otorgó más libertad a su prisionero, permitiéndole llevar a cabo encargos nimios sin percatarse del avieso aprendizaje que el elfo estaba llevando a cabo, desentrañando los misterios del objeto arcano que le mantenía encerrado, denominado 'El Abrazo Aletargador', que robaba la energía etérica de la víctima para drenarla al usuario que lo manipulaba.

En uno de los experimentos del thuzadín Filosombrío, Tergumel empleó todas sus energías mágicas para golpear el 'Abrazo Aletargador' mientras era usado contra un forestal que había sido capturado por el nigromante. La conjunción de energías desestabilizó el objeto, que golpeó a Nihildaret y drenó parte de su energía. Con el maestro del objeto debilitado, Tergumel logró escapar de su encantamiento y con la ayuda del forestal que estaba siendo parte del experimento consiguieron derrotar al humano, que huyó hacia algún lugar desconocido. Recobrada la libertad, Tergumel Ferenith tomó posesión para sí de la torre. Desde allí, continuó manteniendo relaciones amistosas con su amiga de la infancia, Seldune Namardan, a la que ayudó después de la Veladuría Solar, realizando el catálogo de la biblioteca de los Namardan.

Entre los legajos, Tergumel descubrió el porqué Althan Namardan lo había aceptado como sirviente en su niñez. Halló una maltratada carta en la que un magíster condenado al exilio por practicar artes prohibidas llamado Termanur Xarostrah le rogaba como último gesto de una antigua camadería que se hiciese cargo de su hijo, cuyo nombre era el mismo que él portaba, Tergumel. Tergumel Xarostrah. En el mismo papel indicaba que su madre había fallecido como consecuencia de problemas en el parto, lo que explicaba su posterior orfandad. Conmocionado por el hallazgo, emprendió la búsqueda sobre más datos de su familia. Consultando el Censo del Reino pudo constatar que su padre fue exiliado del Alto Reino hacía más de cuatrocientos años y que la existencia de la propia familia se había disuelto con él. Asimismo, buscó entre los círculos magíster alguna pista más. En ellos se encontró con el rechazo y el desdén por parte de la jerarquía mágica del reino. Sin embargo, un magíster anciano, que había conocido a su padre en vida y trabajado con él le reveló que su progenitor tramaba dirigirse a Tirisfal, pues el lugar era el más apropiado para su misteriosa investigación.

Xarostrah:[]

Las pistas siguiendo a su padre lo condujeron hacia el Bosque Susurrante, en la parte occidental de Tirisfal. En una arboleda negra, oscura, donde la débil luz del sol era asfixiada encontró una cabaña hecha de madera y piedra de aspecto desangelado. En el interior un olor a cerrado y a putrefacción le golpeó el rostro, provocando en el hechicero una sensación de pavor que se obligó a domeñar. Allí dentro se topó con un viejo laboratorio, ya inoperativo, con varios libros sobre magia negra apilados sobre un cadáver. Tergumel volteó el cuerpo del ocupante de la cabaña, que pese a su estado de descomposición aún se podía constatar su origen élfico. Con el deseo de confirmar que aquel era su progenitor, buscó entre los libros más información para aclarar el misterio, hallando lo que por fin andaba buscando en un escueto diario en el que el investigador de ese lóbrego lugar habia escrito sus últimas vicisitudes. En él se confirmaba que el dueño era Termanur Xarostrah, quien presentaba de forma sincrética los motivos de su trabajo, los cuales ahondaban en la magia de sangre y la brujería.

Tergu dibujo

Tergumel con su torre de fondo, por Presea.

Aparentemente, sus experimentos salieron mal a partir de la invocación de un demonio llamadao Irchwass, quien en vista de la situación de su padre, lo había engañado y acabado con su vida. Decepcionado por el final de su búsqueda familiar, Tergumel prendió fuego a la cabaña con el cadáver dentro y regresó a su torre en las Tierras Fantasma. Desde allí tomaría las medidas oportunas para no correr el mismo destino que su padre, incluidas la dotación de sirvientes y de algún que otro aprendiz digno. Para dirimir el primer asunto, Tergumel se presentó ante una banda de desdichados que vagabundeaban penosamente en los alrededores de una callejuela sombría de las ruinas sin reconstruir de Lunargenta, a los que ofreció un generoso suministro de gemas de maná ilimitadas a cambio de su lealtad. Aquellos infraseres lastimosos y gimoteantes aceptaron gustosamente la oferta del hechicero, acompañándole a su ominosa morada. Allí satisfacían sus bajos deseos de adicción a cambio de realizar las faenas más bajas e infames que su nuevo señor les encomendaba. No obstante, el hechicero también aceptó como aprendices a dos jóvenes magas que se habían atrevido a presentarse en su torre solicitando instrucción. Como nuevo amo y maestro de aquellos dos grupos de criaturas que se habían puesto en sus manos, Tergumel formó su propio mundo en aquella torre, lejos de la mirada indiscreta de la brillante sociedad thalassiana.

La Torre Xarostrah[]

Torre Xarostrah

La Torre Xarostrah en la actualidad, en las Tierras Fantasma.

Antaño conocida como la Aguja Deseo del Sol, ubicada en los límites orientales de las Marcas del Sur de Quel'Thalas, fue la propiedad de una apoderada familia de magísteres, los Deseasoles, que tuvieron renombre entre el estamento de los magos del Alto Reino. Aún se recuerda entre los más ancianos elfos de sangre que en aquellos salones, se aceptaban aprendices y se los instruía para su progreso académico y mágico; funcionando como una auténtica academia arcana que a la par facilitaba el ascenso social. Los más petulantes y refinados poetas recitaban y alababan la inconmensurable belleza de la espigada y esbelta torre, la cual brillaba con una miríada de colores según la incidencia de los rayos solares sobre ella. Por las mañanas saludaba como un faro ataviado con una túnica rosada, para mudar sus ropajes en forma de dorados destellos al mediodía, con los que finalmente despedir al Astro Rey engalanada en carmesíes fulgores que se iban apagando hasta que las dos Lunas la volvían a encender en trajes de noche de resplandor argénteo. El pináculo de la aguja, a su vez, estaba coronado por un gran fénix dorado con las alas extendidas con rubíes en los ojos que a la par funcionaban como ventanales del mirador interior que secretamante abrigaba.

Los registros señalan que antiguamente poseía cinco niveles a los que se accedían mediante ingenios mágicos y pasareas móviles que se intercalaban en los distintos accesos a través de mecanismos arcanos. Tenía capacidad para cien habitantes, de los cuales más de la mitad eran siervos, ayudantes, cuerpo de seguridad o trabajadores, siendo el porcentaje restante los miembros de la familia, aprendices o personas invitadas. Contaba además con una biblioteca que sin llegar a rivalizar con los grandes archivos de Lunargenta o los inmensos depósitos de Dalaran, enorgullecía a la familia y asombraba a los visitantes de la misma. Códices de magia arcana, astral, elemental, teúrgica, natural y sagrada se presentaban en un paseo circular de estanterías casi tan altas como la misma aguja. Sin embargo, los Deseasoles también escondían un negro secreto. Oculto por un falso sótano, se encontraba un foso que protegía una pequeña cámara, por la que se entraba por un diminuto túnel excavado en la roca por la que tan sólo un gnomo podría entrar sin agacharse, en la que una diversidad de libros de magia negra, y tomos prohibidos aguardaban en la oscuridad, preparados para ser leídos. Aquello no comportaba que los Deseasoles ahondasen en los misterios de las profundidades más tenebrosas de la magia. De hecho, tan sólo los patriarcas de la familia conocían aquella terrible verdad, que se escondía al resto de los miembros, heredándose de generación en generación.

Cuando el Azote asoló Quel'Thalas, el último de los Deseasolas, Mesveries Deseasol desató un potente conjuro de hechicería prohibida una vez las defensas regulares y las fuerzas de seguridad de la torre habían caído contra los invasores no-muertos, a los que logró expulsar. No obstante, la naturaleza de aquel sortilegio llamó la atención de un grupo de thuzadines dirigidos por Nihildaret Filosombrío, quien consiguió derrotar a Mesveries y tomar posesión de la torre para la Plaga. A partir de este momento, y a lo largo de los cinco años siguientes la Aguja Deseo del Sol se convirtió en un lugar maldito donde nigromantes sirvientes del Rey Exánime llevaban a cabo nefarios experimentos retorcidos y macabros, a la par que daban buena cuenta de los libros ocultos de la familia caída en desgracia, cuyos torturados espíritus aún deambulaban sordos y mudos por los pasillos y salas profanadas. A pesar de la actividad de la Aguja, sus malignos ocupantes tuvieron que abandonarla progresivamente cuando Dar'Khan Drathir pereció en la Ciudad de la Muerte y la guerra contra el Exánime en Rasganorte estalló, dejando solo a Nihildaret como defensor de aquella torre.

Tergumel Vacío Abisal

Tergumel en uno de sus viajes en el Vacío Abisal.

Pocas semanas después de quedar como protector de la aguja, el humano thuzadín capturó a un hechicero sin'dorei que vagabundeaba por la zona aledaña, rapiñando artefactos mágicos. Aquel elfo de sangre con el que se había hecho le recordó a algunos guth'dorei e incluso a la disposición del traidor Drathir. Lejos de sentirse amenazado, Nihildaret pronto confió en Tergumel, quien parecía tener un método y una forma de aproximarse a la magia menos convencional de lo habitual. Pese a que no parecía apasionarle los caminos de la nigromancia ni de la brujería, sí mostraba un talento excepcional en las ramas de la magia astral y arcana. Convencido de que aquel prisionero suyo podría estar a la altura de asistirle en un ritual de absorción de energías mágicas a través de un cristal denominado 'Abrazo Aletargador', el humano nigromante le permitió observar el funcionamiento de la siniestra joya mientras él le robaba todo rastro etérico a un forestal thalassiano que también había caído en sus garras. Sin embargo, la operación no resultó como él esperaba. Tergumel, aprovechándose de la ocasión desestabilizó mediante un conjuro el artefacto contra el thuzadín, al que drenó su maná para después derrotarle y hacerle huir de la torre, donde jamás regresó.

Como nuevo señor de la torre, Tergumel emprendió una tarea para acondicionar el lugar, de manera que conservase la antigua decoración opulenta en el interior, pero manteniendo elementos y detalles que los thuzadines había añadido para otorgarle nuevos atributos operativos, especialmente en el laboratorio que habían ampliado en el antiguo despacho del señor de la aguja. Además, profundizó el tamaño del foso que otrora guardase los libros de magia prohibida, que fueron colocados dentro de la biblioteca principal, si bien en una sección custodiada por conjuros de protección. El exterior de la torre, que había perdido toda su belleza y que reverberaba con la luz fantasmal y angustiante de las Tierras Fantasma fue dejada intacta, permitiendo que parte de la vegetación marchita invadiese las paredes y se enrollase en el majestuoso fénix que encumbrana el pináculo, que parecía envuelto en un abrazo estrangulador. Con el fin de espantar a posibles curiosos y aumentar la malévola atmósfera, se incluyó un hechizo que creaba un banco de bruma por el cual todo aquel que se adentraba en un radio cercano acababa por perderse, regresando al camino por el que había entrado. Finalmente, cuando Tergumel conoció su verdadero apellido, bautizó al lugar como Torre Xarostrah.

Actualmente, el edificio dispone de una pequeña unidad de gólems arcanos reparados por Tergumel y que patrullan el recinto exterior, donde también pueden verse algún que otro desdichado sirvientes del hechicero. En el interior, la aguja vuelve a disponer de trabajadores elfos de sangre y de unos pocos aprendices. A pesar del carácter remoto del lugar, su ubicación es conocida por Los Errantes y señalada como zona recuperada a la Plaga. Sin embargo, pocos se acercan y aún temen el áurea siniestra que rodea la torre, de nuevo operativa y activa para el desarrollo mágico de sus habitantes.

Apariencia:[]

Es de estructura delicada. Su osamenta parece tan frágil como el cristal quebradizo, sensación de debilidad que queda reforzada por la claridad de su piel y sus largos cabellos, que ayudan a conformar un cuadro laxo y lánguido de Tergumel. Los ojos, otrora grises claros brillan ahora con un tenue halo verdoso debido a la exposición a cristales con energía vil, el cual queda exaltado por unas ojeras oscuras marcadas como consecuencia de la falta de sueño. No obstante, sus movimientos y actos muestran una energía inesperadas. A pesar de no ser atractivo ni de tener una especial belleza carismática, el hechicero posee una voz cálida y grave, que compensa la falta de gracia física que otros de su raza superan sin esfuerzo.

Fe:[]

Tergumel no forma parte de ninguna religión organizada. Difícilmente se puede decir que tenga creencias religiosas, pues lo que muchas personas consideran "fe", él lo tiene como experiencias auténticamente vividas. Durante sus viajes astrales al Vacío Abisal y al Mundo de los Espíritus (incluido lo que algunos llaman Reino de las Sombras), ha establecido contactos con entidades y guías espirituales superiores a él. Sin embargo, no rinde culto a ninguna de ellas, pero sí sabe dónde está su poder y las respeta.

Por otro lado, cuenta con su propio sistema filosófico, en los que incluye ciertos conceptos metafísicos como la existencia de un Primum Móbile o Motor Necesario, que para él no es necesariamente una especie de dios o energía personal que atienda a sus devotos, aunque no niega esta posible atribución.

Carácter:[]

Tergumel tiene cierta afición por romper todos los formulismos sociales existentes, los cuales considera una arbitrariedad y una pérdida de tiempo. Su trato es directo, en ocasiones incómodo e hiriente. No obstante, muchos tienden a verlo como frío o distante, cuando no directamente asocial. Suele expresarse de forma críptica y en numerosas ocasiones adopta posiciones bastante místicas que tienden a desconcertar a aquellos quienes le rodean. Sin embargo, el poco convencional hechicero no es insensible hacia las criaturas más débiles y más necesitadas; con las que consciente o inconscientemente se acaba identificando.

Relatos:[]

Familiares y relativos:[]

  • Alto Elfo Termanur Xarostrah - Padre: Muerto
  • Elfa de Sangre Niralae - Aprendiza: Viva
  • Elfa de Sangre Sindóriel - Aprendiza: Viva
  • Elfa de Sangre Melurian - Trabajadora: Viva
  • Elfa de Sangre Lady Ahira Tavalsthrza - Amiga: Viva
  • Elfo de sangre Eddan - Trabajador: Vivo
  • Desdichado Uno - Siervo: Vivo
  • Desdichado Dos - Siervo: Vivo
  • Desdichado Tres - Siervo: Vivo
  • Desdichado Cuatro - Siervo: Muerto
  • Desdichado Cinco - Siervo: Vivo
  • Desdichado Seis - Siervo: Vivo
  • Desdichado Siete - Siervo: Vivo
  • Desdichado Ocho - Siervo: Vivo
  • Desdichado Nueve - Siervo: Muerto
  • Desdichado Diez - Siervo: Vivo
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