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Kassandra Oleander
Imagen de Kassandra Oleander
Información del personaje
Servidor Los Errantes
Título Condesa
Género Femenino
Raza Humana
Edad 24 años
Clase Espiritista/Bruja
Lugar de nacimiento Una isla alejada cercana a la region de Gilneas
Estado Viva

Trasfondo[]

El nacimiento de Kassandra Oleander Péndragon solamente anunciaba muerte y desconsuelo... Su padre Armand únicamente veía maldad en la pequeña criatura, como si de una maldición se tratase. Una  maldición que le había arrebatado de sus brazos a su querida esposa Cordelia.

La pequeña se crió sin amor y sin cariño, aislada en su gran habitación en el ala este de la casa. Siempre la acompañaba una muñeca que lucía como ella una melena blanca y que era vestida cada día con las mismas prendas con la que se vestía a la pequeña Kassandra: Tan pálida y con una piel tan suave que casi parecía de porcelana pero con una mirada tan inquietante como la de su inexpresiva muñeca. No por ello no se mostraba temerosa, ya que eran frecuentes las oscuras pesadillas que acontecían a la niña. Sus llantos nocturnos que solían ser socorridos por las sirvientas de la mansión dejaron de ser calmados en cuanto su nueva madrastra la condesa Morgana Fleming restringió el paso a su habitación y la tachó de monstruo.

Una noche todo cambio. Morgana había conseguido traer a una niña gilneana adoptada desde la otra punta de la ciudad. Ya que lo último que deseaba era que esa inquietante heredera de porcelana albergase algún tipo de riqueza o títulos de las familias que recientemente se habían unido. Esa noche la pequeña recién llegada no hacía más que llorar de forma insistente por su temprana edad de apenas meses. Kassandra rogó a todo lo que conocía que su nueva hermanita callase y así fue ya que en la incesante y amargarte noche los llantos cesaron. A la mañana siguiente, la pequeña kassandra, despertó por unos tremendos gritos de dolor que anunciaban la muerte de la pequeña hermanastra que aún no gozaba ni de nombre. La muñeca de kassandra permanecía en la cuna de su hermana y su hermana parecía haber sido mutilada sin reparo alguno.

La madrastra contra todo pronóstico se centró en kassandra e intentó que esta se formase bajo su cariño e inesperada tutela. Así fue como Kassandra comenzó a dominar el extraño don del espiritismo con el cual había nacido y entendió al fin el porqué de sus dolorosos sueños que no eran mas que premoniciones de otras vidas lejanas de seres que ya no pisaban este mundo mortal.

Tras el extraño asesinato de su padre, por el cual la joven adolescente Kassandra no había derramado ni una misera lágrima. La madrastra realizó un pacto de unión con su pupila. El trato consistía en que ella tendría pagadas todas sus necesidades y le seria dado uno de los barcos familiares, pero no podría gozar de los títulos hasta el momento en el que el corazón de Morgana, tan corrupto como el de una shibarra dejase de latir.

Poco a poco el pastel se fue destapando y kassandra empezó a vislumbrar entre la oscuridad las terribles historias que acontecían y manchaban su apellido y entre todo esto consiguió atisbar a aquella que realmente lo único que hacía era destrozar y atormentar su vida. Era el momento de zanjar cuentas con su maestra... Era el momento de terminar con todo y tomar las riendas de lo que realmente era y de adentrarse en la más densa oscuridad para poder sacar a la luz lo que nadie queria que saliese.... La condesa Kassandra Oleander Fleming...

Apariencia[]

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Es una hermosa dama de piel de porcelana y pelo blanco brillante como el reflejo de la luna sobre el mar dotada de unas sensuales proporciones que van acompañadas de sus movimientos delicados y atractivos pudiendose diferenciar en ella su delicada cintura de avispa. Sin duda lo que mas llama la atención en ella son sus penetrantes ojos dorados felinos de los que dicen que son capaces de perforar las almas mas puras. Sus labios son carnosos y rosados contrastando con su palidez.

Carácter[]

Entrar en contacto con kassandra es una experiencia un tanto inquietante ya que pese a sus buenos y refinados tratos propios de una dama de su estatus su forma de mirar y de comportarse inpira inquietud. Se puede comparar con la imagen de un gran, precioso e imponente tigre que te perfora su mirada acechadora aunque aparentemente se muestre impasible elegante y tranquilo.

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