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Brujo

Introducción: La magia que dominamos[]

A menudo nos preguntamos qué es lo que nos diferencia de los magos en gran medida. Qué es eso que nos hace especiales. ¿La magia vil o fel es tan distinta de la de la arcana? Vamos a aclarar un par de conceptos. En primer lugar, en inglés se nos conoce como warlocks, que son "hechiceros". Quizás parece algo obvio, pero da mucho más juego del que nos imaginamos. Empecemos a romper mitos.

No existe la magia vil como estamos acostumbrados. La magia que usan los brujos y los magos es, en realidad, la misma, es decir, la arcana. En el juego son diferentes para que se note el hecho de que son clases distintas, pero en realidad no es así. De hecho, manejamos las ocho escuelas de la magia al igual que los magos. ¿En qué nos diferenciamos entonces? En que nuestros hechizos se basan en conocimientos o formas demoníacas para ello. Por ejemplo, en la escuela de abjuración un mago puede crear un escudo de maná, y un brujo un escudo a partir de la esencia de un demonio invocado, pero no deja de ser abjuración ni magia arcana (no me peguéis aún, seguid leyendo).

No existe una escuela diferente que se llame demonología, sólo es una extensión o forma distinta de las ya existentes. Por lo tanto, realmente no se puede saber a ciencia cierta si una persona es un mago o un brujo. A no ser, claro, que se dedique a usar magia demoníaca.

Vamos a empezar a distinguir magias. Los brujos usamos dos tipos de magias: demoníaca y magia vil. La magia demoníaca es magia arcana que emula a los demonios. La magia vil es la que proviene de los demonios, ya sea de su esencia o su sangre, y ha de ser consumida para poder usarla. La magia vil es de color verde, y potencia mucho nuestros conjuros, pero crea mucha adicción y nos corrompe muchísimo más que la arcana, tanto física como psicológicamente.

La magia de las sombras que usan los brujos en el juego no es realmente magia de las sombras como tal, al menos no la misma que usan los sacerdotes de la sombras, ni parecido. Es obtenebración, el dominio del vacío y las sombras, una rama arcana que básicamente manipula las sombras como la piromancia las llamas. Su estudio es tan reducido y poco popular que se ha visto como algo oscuro de forma intrínseca.

Mentalidad de un brujo[]

Que quede una cosa bien clara. A los únicos que les gusta la brujería es a los brujos, a los demás les inspiraremos odio o temor (y a veces las dos cosas). Es decir, lo normal al ver a un brujo reconocido es que la gente le mire de malas formas, y que más de uno avise a la guardia. Ante esto un brujo tiene dos formas de actuar: ir gritando a los 4 vientos "¡Soy un brujo, temedme!" y esperar a tu temible y doloroso fin... o ser discreto. Nadie tiene porqué saber que eres un brujo, es más, no te conviene. Es más fácil asentarse en una sociedad si te ven por un pobre campesino que inexplicablemente saca una cosecha con peor olor que las demás, o un mago de fuego alegre y vivaz, o simplemente no te ven.

Ahora bien, sabes la magia que te corrompe por dentro, sabes que eres mejor que todos esos tipuchos que sólo sirven para tus propósitos, que odian la magia que usas porque no son lo suficientemente hábiles para usarla...

En definitiva, un brujo suele tener dos caras, la cara hacia la sociedad (una cara agradable y bonita, llena de bondad, o una cara "adecuada a la sociedad") y nuestra verdadera cara (tan mala y macabra como queramos, la cual solo usamos en la intimidad o con gente que sabemos que no podrá contar cómo somos en realidad).

Actualidad respecto a leyes (al menos la Alianza) acerca de los brujos[]

Damas y caballeros, los brujos somos una raza muy oprimida. En la Horda nos tratarán más o menos bien, pero a la Alianza los brujos le damos un dolor de cabeza muy malo. Y es normal, a nadie le gustaría dormir al lado de alguien que a la mínima te puede invocar una horda de diablillos, o un guardia apocalíptico. La brujería descontrolada está gravemente penada y, nos guste o no, simplemente el hecho de sacar al diablillo a pasear ya es una falta muy grave. No tenéis más que mirar que mientras los sacerdotes y paladines tienen un edificio en mitad de Ventormenta para ellos solos, los brujos tenemos que aprender en la trastienda del Cordero Degollado, lejos de la sociedad.

En definitiva, si vas con un demonio por la calle, los guardias no se lo van a pensar dos veces. Te van a detener, van a matar al demonio que tengas invocado y da gracias si te encierran en la cárcel durante varios años (años de la vida real, nada de "4 días equivalen a 5 años"), y por supuesto nada de "me escaparé a los 2 días". A los brujos y magos nos encierran en la bóveda, una cárcel de Ventormenta que está protegida por una barrera que suprime la magia, y nadie se ha escapado de allí (ni se escapará si su rol es coherente, por más bazokazos o tiros que pegue).

Ya ni decir que haya alguien que se le ocurra siquiera usar la metamorfosis. A un brujo sensato no se le ocurriría ni siquiera pensarlo. Transformarse en demonio en mitad de Ventormenta equivale a que los guardias automáticamente te dan la "justicia de la Luz". Nada de te meten en la cárcel durante no sé qué años... te matan y te purgan. Directamente, sin preguntar ni nada.

Ahora bien, ¿que tenéis el mono de sacar un demonio o de transformaros en uno? Os vais a la trastienda del Cordero Degollado y ahí no hay problema. Pero en mitad de Ventormenta o en los pueblos, pues como que no, porque onrol os pasaría lo descrito. Vais a daros cuenta de que si queréis rolear un brujo, la discreción y los lugares muy alejados de la vida social os van a resultar muy útiles y necesarios.

Últimamente algunos brujos están tolerados en ciertos campos de batalla. Tolerados, que no aceptados. Es decir, te dejarán hacer unos pequeños hechizos siempre y cuando sea bajo máxima vigilancia. La brujería descontrolada sigue estando muy penada a pesar de todo. Y no te mirarán para nada bien, más que nada serás una herramienta más del ejército de la Alianza, herramienta que si se pasa de la raya desechan con rapidez. 

Apariencia de un brujo[]

Un poco más de lo mismo. Por la ciudad procurad vestir adecuadamente para una sociedad como la humana. Las calaveras, los tentáculos, los huesos... dejémoslo para un entorno más privado si no queremos que nos acusen de sospecha de brujería descontrolada.

Habilidades de un brujo según su especialización[]

Los brujos, depende de nuestra rama, tenemos habilidades muy distintas, incluso mentalidades diferentes a la hora de luchar. Un repaso general, para evitar powerroleadas, los brujos somos fuertes, pero no somos dioses. Es decir... No somos capaces de usar la Luz, la magia de la naturaleza no es lo nuestro, ni de escarcha, las armas... bueno, no somos espadachines diestros ni de lejos.

Sin embargo... nos defendemos en otras cositas muy bien.

Brujo aflicción[]

Estos no pueden ser buenos ni de lejos. Su principal fuente de poder es la obtenetración (sombras) y un poco de nigromancia. Se dedican a drenar la fuerza vital del enemigo, al cual dejan débil y exhausto. Rara vez usan la magia vil. Su principal fuente de poder, recordad, sombras. También usan de vez en cuando a algún demonio, son la 2ª rama que mejor maneja a los demonios. También puede ser una rama muy buena para rolear astromantes.

Brujo demonología[]

Conocedores de los demonios como nadie, son la rama más corrupta de todas. Su principal fuente de poder son los demonios que invocan, incluso a veces toman la apariencia de uno de ellos. Por tanto, sí, son muy conocedores de magia Vil. Mucho cuidado roleando esta rama, porque a la mínima que os reten a duelo... ya está el lío formado. Es la rama más difícil de rolear en un entorno social. Por lo tanto, un brujo de este calibre debe tener muchísimo más cuidado que los demás. Discreción, por favor.

Brujo destrucción[]

Expertos en sembrar el caos, atacan al objetivo con ráfagas de fuego, toques sutiles de sombras y remates mortíferos de magia vil (los cuales se dan pocas veces). Rolear esta clase en Ventormenta es muy fácil porque pueden colar como un mago de fuego normal y corriente. Podemos invocar algún demonio pequeño... pero somos a los que peor se nos da. Preferimos luchar nosotros que dejar que nos hagan el trabajo.

Corrupción[]

Los brujos se corrompen, pero ¿cómo? El uso de magia vil y de sombras nos corrompen muchísimo, pero para que empecemos a tener manchas verdes o escritos demoníacos en el cuerpo tiene que pasar mucho tiempo o tenemos que estar expuestos a una corrupción fuera de lo normal (veáse desdichados). La corrupción es de la mente y el alma. Nos volvemos sedientos de poder, arrogantes y presumidos con el tiempo. Un grave problema en los brujos es que cada vez queremos más poder, más, más... hasta que terminamos dejándonos poseer por los demonios que en principio dominamos y bebemos su sangre, o ellos la nuestra, o empezamos a drenar la fuerza vital de los seres que nos rodean.

Aclaraciones[]

He pensado en poner este apartado por su hubiera algún malentendido. Comenzaré con unos cuantos.

  • Los brujos no somos nigromantes. Lo siento, amigos, no lo somos. No podemos levantar a los muertos como nos plazca, ni muchísimo menos. Por saber de magia demoníaca podemos llegar a conocer algún hechizo de nigromancia, pero eso no nos convierte en nigromantes ni muchísimo menos. Como ejemplo pensad en un mago arcano que pueda manejar algún hechizo de fuego. No por lanzar una mísera llama ya es un piromante. Recordad que no es obligatorio que el brujo sepa algo de nigromancia y, de ser así, mejor empezar desde abajo. Especialmente el brujo tiene tres hechizos de nigromancia jugables: drenar vida, drenar alma y las piedras de alma. ¿Cómo rolear las piedras? No conseguiremos unos resultados como los de los nigromantes (los nigromantes no son una clase jugable, porque esos sí que están prohibidos de mala manera. Si alguien quiere rolear un nigromante, mi sugerencia es que se haga un caballero de la muerte profano, les pega muchísimo más). Como raro caso, y muy, muy excepcional, podremos evitar la muerte con ella. Se han dado casos en el juego de gente que ha sido resucitada mediante magia demoníaca, pero ha durado poquito tiempo y en condiciones bastante malas.
  • Los brujos no somos sacerdotes de las sombras. No podemos controlar la mente de alguien mediante la magia. Ni metiéndole a alguien un demonio para controlarlo. Lo sé, fastidia, pero no es factible. Los demonios que controlamos no tienen el suficiente poder para controlar la mente de otra persona que no sea la nuestra. Esto puede causar un poco polémica por un hechizo del brujo aflicción que se llama "poseer", precisamente. Veamos, este hechizo lo que hace es enviar un alma fantasmagórica al objetivo. El alma "posee" al objetivo, pero no lo controla. Simplemente se mete en su cuerpo y drena su fuerza vital. Luego vuelve al brujo y le entrega la fuerza vital robada.

Guía hecha por Pinaroth Thompson, gracias a la ayuda de todos los roleros que le ayudaron, en especial de Aldreich, que con sus explicaciones se pudo mejorar. 

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