Wiki Wiki Errantes
Advertisement

Mientras las políticas y las rivalidades de las siete naciones humanas sufrían muchos altibajos, la línea de los Guardianes mantuvo una vigilancia constante contra el caos. Hubo muchos Guardianes, pero sólo uno tenía los poderes mágicos de Tirisfal en cada momento. Una de los últimos Guardianes de la era se distinguió por su valiente lucha contra la sombra.

Aegwynn, una humana muy temperamental, obtuvo la aprobación de la orden que le concedió el manto de la custodia. Aegwynn luchó valerosamente para dar caza y erradicar a los demonios allí donde los encontró, pero, a menudo, cuestionó la autoridad del Consejo de Tirisfal.

Creía que los elfos antiguos y los elfos ancianos que presidían el consejo eran demasiado rígidos en su forma de pensar y que, a la hora de terminar de una vez por todas con el conflicto contra el caos, resultaban cortos de miras. Mostrándose impaciente cuando se trataba de discutir largamente, siempre quería probarse a sí misma ante sus pares y sus superiores y, como resultado de todo ello, frecuentemente escogió el valor antes que la sabiduría en situaciones cruciales.

Aegwynn

A medida que creció su dominio sobre el poder cósmico de Tirisfal, Aegwynn se dio cuenta de la existencia de un gran número de poderosos demonios que acechaban la helada parte norte del continente de Rasganorte. Viajando al distante norte, Aegwynn rastreó a los demonios en las montañas. Allí cayó en la cuenta de que los demonios estaban cazando a uno de los últimos Vuelos supervivientes, despojando a las antiguas criaturas de su magia innata.

Los poderosos dragones, que habían huido de las amenazantes sociedades mortales, se encontraron enfrentados en igualdad de condiciones a los siniestros poderes de la Legión. Aegwynn se enfrentó a los demonios y, con la ayuda de los nobles dragones, terminó por erradicarlos. Aún así, cuando el último demonio desapareció del mundo mortal, se desató una gran tormenta por todo el norte.

Un enorme rostro oscuro apareció en el cielo por encima de Rasganorte. Sargeras, el rey demonio y señor de la Legión Ardiente, apareció ante Aegwynn y manifestó su infernal cólera. Comunicó a la joven guardiana que el tiempo de Tirisfal estaba a punto de llegar a su fin y que pronto el mundo perecería a manos de la Legión.

La orgullosa Aegwynn, creyéndose en igualdad de condiciones que el Dios amenazante, desató sus poderes contra la reencarnación de Sargeras. Con una facilidad desconcertante, Aegwynn aplastó al señor demonio con sus poderes y consiguió matar su cuerpo físico. Para evitar que el espíritu de Sargeras sobreviviese, Aegwynn encerró el cuerpo destrozado dentro de uno de los antiguos muros de Kalimdor que terminó en las profundidades del mar cuando el Pozo de la Eternidad se vino abajo.

Aegwynn nunca llegaría a saber que hizo justamente lo que Sargeras pretendía. Sin saberlo, selló el destino del mundo mortal, ya que Sargeras, en el momento de su muerte corpórea, transfirió su espíritu al debilitado cuerpo de Aegwynn. Sin que la joven fuera consciente de ello, Sargeras permanecería encubierto en las profundidades más oscuras de su alma durante muchos años.

Advertisement