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Relato escrito por Abbodon. Hilo original aquí.



Abbodon nació y creció en el seno de una familia humilde en los barrios de Gilneas.

De pequeño nunca le interesó jugar con los demás niños era muy callado y distante con practicamente todo el mundo. Pero siempre era molestado por el mismo energúmeno: Andrew Tholar, un muchacho de buena casa.

Durante mucho tiempo lo aguantó hasta que un día dijo basta: Decidió que si nadie le ayudaba a lidiar con ello el se tomaría la justicia por su mano; así que esperó a que oscureciera se coló en la casa de Andrew y le asesto una puñalada directa al corazón. Murió entre gritos.

La familia de Andrew, asustada por el griterío, fueron a su habitación para descubrir el cuerpo inerte de Andrew y Abbodon sosteniendo el puñal en su pecho.

Los guardias de la ciudad llegaron inmediatamente, arrestando a Abbodon de inmediato encerrándolo de inmediato en prisión donde conoció a un viejo hombre el cual llevaba en prisión mas tiempo del que era capaz de recordar. En esa angosta celda el viejo intentó entablar conversación con Abbodon sin éxito alguno.

Hasta que el viejo dijo las palabras adecuadas: Poder. El viejo prometió darle a Abbodon todo su poder a cambio de una sola cosa: permanecer en su cuerpo hasta el resto de sus días. Abbodon iluso aceptó sin saber las conseqüencias. Una vez aceptó el viejo desapareció, como si nunca hubiese existido.

Pasaron largos años desde aquel estúpido pacto que Abbodon cometió pero ese íia era especial, oía como la gente gritaba de terror en las calles, aullidos, parecidos a los de lobos podían oírse desde su celda, cuando de repente tiraron la puerta de la celda abajo y allí lo vió: una bestia de afiladas garras y colmillos, un pelaje negro como la noche, el olor a sangre que la bestia desprendía era nauseabundo. La bestia con un unicó zarpazo desgarró la carne del pecho de Abbodon dejándolo moribundo. Cuando parecía que la bestia se disponía a atacar se fue aterrorizada, entonces se pudo escuchar en la celda la voz del viejo diciendo:he venido a cumplir el pacto. Entonces el viejo volvió a desvanecerse y Abbodon cerró los ojos pensando en el frio abrazo de la muerte.

Pero no fue así. Se despertado al cabo de un tiempo en el mismo suelo de la celda, aparentemente sanado de sus heridas. Se puso en pie dispuesto a salir de su celda, cuando salió solo escucho el silencio,calles vacías, puertas y ventanas de casas destruidas cuerpos de personas y bestias en el suelo. Solo tenia una cosa clara: era libre, así que decidío huir a cualquier parte, lejos de Gilneas por un tiempo hasta que la gente le olvidase.

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